¡A por todas!

Empezamos un septiembre movidito. Literalmente. A finales de agosto, cuando aún muchos estaban disfrutando de un merecido descanso, en España Mejor cogimos las maletas e iniciamos una ruta que nos llevará en los próximos meses por todo el país para presentar el Código Ético del Gobierno. 99 compromisos básicos para el Presidente, Vicepresidentes y Ministros que también queremos trasladar a las CCAA, a los Ayuntamientos y a las instituciones. Y para lo que vamos a necesitar tu apoyo directo. Porque elevar el listón ético de la ética política depende de TODOS.

Pero como nos gusta librar batallas imposibles, también os traemos en esta newsletter las novedades de un proyecto pionero en España que supondrá, por primera vez, la aplicación de las ciencias del comportamiento a las políticas públicas de jóvenes. Con los jóvenes. Sí, lo has leído correctamente. Con ellos y para ellos.

Y como creemos que todos tienen un hueco en España Mejor, te seguimos animando a que participes en nuestros Grupos de Trabajo. ¿Que no eres un experto? Tampoco te hace falta. Lo que queremos es tu sentido común, tu experiencia, tus preocupaciones. Sentado en el sofá no se van a solucionar nuestros problemas. Toca arremangarse y qué mejor que hacerlo en positivo, mirando hacia delante.

A la temida cuesta de septiembre, le decimos: ¡Allá vamos!

¡Feliz lectura!

De ruta con el Código Ético del Gobierno

España Mejor ha salido de ruta por todo el país para presentar el Código Ético del Gobierno. La primera parada fue Cantabria en agosto y en los próximos meses nos veréis recorriendo todos los puntos cardinales de España.

Queremos que el Código sea aprobado por el Consejo de Ministros, sí, pero también que se lleve a los gobiernos autonómicos y municipales. Y, sobre todo, necesitamos que se involucren los ciudadanos. Porque elevar el listón de la ética de nuestro país empieza – pero no acaba – en la clase política.

ministeriales, etc.

Junto con la Fundación Hay Derecho, hemos abierto una consulta pública para recabar la opinión no sólo de expertos en la materia sino de todos los ciudadanos que tengan interés en que el Gobierno se dote de unos principios básicos de ética.

Así es que te pedimos tu apoyo directo:

  • Suscribe el Código en nuestra web para apoyar la Ruta del Código
  • Comparte el Código en tus redes sociales
  • Ayúdanos a organizar una presentación en tu municipio

EDITORIAL

Primera parada, Cantabria

En plena Semana Grande de Laredo, más de 60 personas de varios municipios se acercaron al centro cultural del municipio cántabro a conocer el Código Ético del Gobierno el pasado 27 de agosto.

Al encuentro le siguió la reunión con la consejera de Presidencia del Gobierno de Cantabria, Isabel Urrutia, de quien arrancamos el primer compromiso público al Código. Muy receptivo se mostró, también, el concejal de Relaciones Institucionales del Ayuntamiento de Santander, Álvaro Lavín.

La próxima parada nos va a llevar al sur de España…y para la siguiente, o vamos a nado o en avión. ¡Pero te contamos más en la próxima newsletter!

Y si quieres que te contemos el Código en primera persona…¡Escríbenos!

hola@esmejor.eu

LA OPINIÓN DE NUESTROS COLABORADORES


Elisa de la Nuez, Secretaria General de la Fundación Hay Derecho

Ética sí, pero con garantías

Mientras sigue el culebrón mediático/judicial/político en relación con las actividades de la mujer del Presidente del Gobierno, perdemos de vista lo esencial que pone de relieve este asunto: la falta de un código ético del Gobierno que establezca reglas claras y mecanismos fiables para evitar que se puedan producir este tipo de situaciones en el futuro, o incluso simplemente para que los miembros del Gobierno y sus familiares conozcan con precisión qué tipo de conductas pueden ser problemáticas y acabar por tener trascendencia mediática o/y jurídica.

En ese sentido, constatamos que el sentido común y la prudencia no suelen ser suficientes. No sólo en España. Por eso es muy pertinente establecer herramientas que ayuden a los miembros del Gobierno y a sus familiares a entender que, una vez que se alcanza una determinada posición de poder, hay que ser extremadamente cauteloso dado que, inevitablemente, van a surgir oportunidades que no se hubieran tenido de no ostentar el marido, la pareja, el padre o el hijo un determinado cargo. Es decir, hay que entender que las reglas deben de ser mucho más estrictas. No solo las jurídicas, sino también las éticas. Y que si no se respetan, las consecuencias van a ser en ocasiones muy graves o incluso desproporcionadas, al no existir mecanismos adecuados para prevención y sanción de estas conductas. Esto es particularmente cierto en España donde el remedio jurídico casi por defecto es acudir al Código Penal. Como ha ocurrido en el caso de Begoña Gómez.

Por tanto, consideramos importante que la ciudadanía y la clase política tomen conciencia de que antes de llegar a situaciones que bordean el esperpento político y jurídico (cartas a la ciudadanía, retiradas para meditar, querellas contra el juez, declaraciones en Moncloa, etc, etc) hay otras soluciones más propias de democracias avanzadas. De hecho, el Código ético elaborado por España Mejor y la Fundación Hay Derecho se inspira en los de otros países de nuestro entorno y en el de la Comisión Europea. Aprendamos de los que lo hacen mejor, al menos en este ámbito.

En conclusión, sería importante que intentásemos afrontar los problemas que pueden plantear los posibles conflictos de interés de los miembros del gobierno y sus familiares de forma diferente a como lo harían en un programa de televisión. De entrada, se reduciría el ruido y la agresividad del debate político, que gira en torno a cuestiones que, siendo relevantes, no son sin duda las que más preocupan a los ciudadanos. Además, permitirían una reflexión sosegada sobre qué tipo de conductas consideramos tolerables en la tercera década del siglo XXI cuando se trata de personas con mucho poder o con cercanía a personas que lo ostentan. Para eso, proponemos un debate riguroso en torno a las propuestas del Código ético que intentan ordenar una serie de cuestiones que entendemos pueden suscitar un gran consenso entre la inmensa mayoría de los ciudadanos e incluso proporcionar mayores garantías a los políticos en el ejercicio de sus cargos.

Un proyecto pionero con los jóvenes españoles

Cientos de miles de jóvenes españoles comienzan en septiembre las clases, aunque para muchos de ellos será el primer paso a la vida laboral. En España Mejor, creemos que tienen mucho que decir al respecto y va siendo hora de que se involucren en las políticas públicas que les afectan directamente.

Por eso, hemos reunido a los mejores en España y en el mundo en las ciencias del comportamiento. Vamos a realizar un proyecto piloto con 100 jóvenes para abordar cuáles son las barreras y los incentivos que tienen para encontrar prácticas profesionales y emprender.

Empezamos, así, la segunda fase de una iniciativa de España Mejor para que los jóvenes españoles de 18 a 35 años participen de una manera más activa en las políticas públicas.

Si te interesa, escríbenos. Buscamos voluntarios para este proyecto y tú puedes ser uno de ellos: hola@esmejor.eu

LA OPINIÓN DE NUESTROS COLABORADORES

 

Juan de Rus, Socio y Director de Neovantas

La economía conductual, herramienta clave para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos

Las ciencias del comportamiento tienen un gran potencial para mejorar la vida de las personas, ofreciendo una nueva perspectiva para diseñar mejores políticas públicas, como así lo demuestran las más de 200 entidades a nivel internacional que ya las utilizan.

Los orígenes de estas “unidades de empujón” están en EE. UU., que en 2009 reclutaba al profesor de Harvard Cass Sunstein para dirigir la Oficina de Información y Asuntos Regulatorios y mejorar la calidad y efectividad de la regulación federal; y en el Reino Unido, donde se creó en 2010 la primera unidad de análisis de comportamiento (el Behavioural Insights Team). Esta unidad, liderada por David Halpern, tenía como objetivos rentabilizar los servicios públicos y hacerlos más fáciles de utilizar para los ciudadanos; mejorar los resultados introduciendo un modelo más realista de comportamiento humano en las políticas; y permitir que las personas tomaran mejores decisiones, sin inhibir su autonomía y libertad de decisión. Algunos de sus logros más importantes son la incorporación de 100.000 personas al registro de donación de órganos y la mejora en la tasa de reembolso de impuestos que genera en torno a £30 millones de ingresos adicionales al año.

En España aún queda mucho camino por recorrer y, por este motivo, el proyecto que estamos abordando con España Mejor es un buen comienzo para demostrar a la clase política el impacto real de la economía conductual en el sector público.

El objetivo es conseguir la implicación de los jóvenes españoles, de entre 18 y 35 años, en las decisiones relevantes de política pública en España que les afectan directamente. Vamos a demostrar que los jóvenes están deseando contribuir a la democracia española y al desarrollo económico del país.

El ámbito de este proyecto se centrará en dos retos fundamentales para los jóvenes españoles: mejorar las oportunidades laborales para los recién graduados vía prácticas en empresa y reducir las fricciones en los procesos de emprendimiento. En el primer caso abordaremos las barreras conductuales que evitan la transición de los becarios jóvenes hacia un empleo de calidad, mientras que en el segundo caso nos centraremos en identificar y mitigar los “sludges”– fricciones y barreras innecesarias- que limitan la capacidad de los jóvenes emprendedores para lanzar sus empresas.

La metodología se basa en el concepto de sludge, acuñado por Cass Sunstein y cuyo análisis a través de los denominados “sludge audits” ha sido impulsado por la OCDE en 2024. En este caso, estudiaremos los costes psicológicos a los que los jóvenes se enfrentan al buscar prácticas o emprender. Si bien existen diferentes tipologías de sludge, en este caso utilizamos la adaptación de Shahab y Lades (2024) y NSW Behavioural Insights Unit (2024) que usa la OCDE (2024) y que distingue entre cuatro costes psicológicos:

  • Costes de búsqueda: Ocurren cuando las personas están buscando información sobre un proceso, pero encuentran barreras debido a información desactualizada, lenguaje poco claro o requisitos confusos.
  • Costes de decisión: Ocurren cuando se pide a las personas que evalúen opciones, pero las diferencias entre ellas no son claras debido a criterios de elegibilidad ambiguos y sobrecarga de opciones.
  • Costes cognitivos: Recursos mentales que las personas gastan en cumplir con los requisitos, incluyendo la comprensión de información compleja o el contacto con soporte para obtener claridad cuando las instrucciones no son claras.
  • Costes emocionales: Incluyen encontrar estigma, experimentar una pérdida de autonomía o sentirse estresado, desautorizado, ansioso, confundido o frustrado.

El análisis se aborda en 3 fases:

  1. Diagnóstico conductual: En esta fase se identifican cuáles son las principales barreras conductuales que impactan en los dos objetivos del proyecto. Para ello se analizan miles de encuestas y sondeos de opinión a jóvenes, análisis de percepciones de los jóvenes en RRSS, entrevistas en profundidad a 10 becarios y 10 jóvenes emprendedores. Adicionalmente, se trabaja con frameworks de Behavioral Economics, como el uso de un “Mapa Conductual”, para identificar las principales barreras estructurales y cognitivas que limitan a los jóvenes cuando quieren encontrar prácticas o emprender.
  1. Rediseño Conductual: Tras este diagnóstico se sugerirán intervenciones que reduzcan las barreras conductuales identificadas en la primera fase del proyecto y se trabajará con los jóvenes a través de un Workshop de Co-creación en el que se discutirán y priorizarán las potenciales intervenciones.
  1. Piloto y escala del proyecto: Por último, las intervenciones más prometedoras se implementarán en un entorno controlado y se medirá el impacto de estas para la consecución de los dos objetivos principales del proyecto, con el objetivo de escalar aquellas soluciones que hayan obtenido mayor impacto.

En conclusión, pese a que actualmente y a lo largo de la historia las organizaciones públicas y privadas siempre ha buscado la manera de resolver los problemas con una óptica estructural, mediante el uso y desarrollo de la tecnología, creemos que es el momento de centrar nuestros esfuerzos en las limitaciones cognitivas que igualmente nos condicionan. Por este motivo, estamos convencidos de que los resultados de este proyecto ayudarán a concienciar a nuestros representantes políticos sobre la importancia de la Economía Conductual para mejorar la vida de los ciudadanos.

#ESCUCHANDO A LOS JÓVENES

«Utilizar las ciencias del comportamiento en el diseño de políticas públicas sería un gran avance»

Alba Boluda, especialista en Ciencias del Comportamiento

Antes de entrar en materia… ¿quién es Alba Boluda?

Soy una apasionada de las ciencias del comportamiento que busca de manera constante nuevas formas de aplicar esta disciplina para enfrentar los desafíos cada vez más complejos que enfrentamos como sociedad. Mi trayectoria laboral comenzó con la aplicación de las ciencias del comportamiento en el ámbito de las políticas públicas de la UE para después explorar su aplicación en el sector privado, en concreto en una gran corporación como es Ferrovial. Ahora he encontrado el punto medio perfecto para mí en Neovantas, donde se desarrollan proyectos de ciencias del comportamiento tanto en el sector público como en el sector privado.

Tu CV dice que eres “Especialista en Ciencias del Comportamiento”. ¿Nos podrías decir en qué consiste exactamente esta profesión?

Las ciencias del comportamiento consisten en el estudio de cómo se comportan realmente los seres humanos, en lugar de cómo esperamos o cómo queremos que se comporten. Se trata de un enfoque basado en la experimentación y el testeo continuo para comprenderen profundidad lo que hacen realmente las personas y por qué lo hacen, con el fin de mejorar nuestra capacidad para predecir cómo podrían comportarse en determinadas circunstancias y así diseñar estrategias que se ajusten al comportamiento real de las personas.

¿Y cómo surgió tu interés en las Ciencias del Comportamiento?

Rara vez me creen cuando cuento cómo descubrí esta disciplina… Resulta que decidí estudiar economía en la universidad durante mi último año de instituto, aún sin saber que la rama de la economía del comportamiento estaba emergiendo. Mientras me preparaba para las pruebas de ingreso a la carrera, mi profesor de economía me prestó «Nudge» (el libro con el que prácticamente todos los que nos dedicamos a esto empezamos) y me sugirió que le echara un vistazo para ver qué me parecía. En una tarde, devoré el libro completo y ya tenía claro a qué quería dedicarme en el futuro.

Gracias a tu experiencia en la Unión Europea, has podido experimentar en primera persona los beneficios de la aplicación de las Ciencias del Comportamiento a las políticas públicas. ¿Podrías contarnos algún caso de éxito?

Claro, uno de los casos de éxito que más me enorgullece es un proyecto con la Comisión Europea, enconcreto la DG Justicia y Consumidores, donde tuve la oportunidad de colaborar en un estudio sobre prácticas comerciales desleales en el entorno digital. Los llamados “dark patterns”, o patrones oscuros, a menudo socavan la confianza de los consumidores en los mercados digitales y explotan sus vulnerabilidades, lo que llama a las instituciones, tanto europeas como nacionales, a evaluar el marco de protección de los consumidores.

Las ciencias del comportamiento en este ámbito aportan mucho valor, ya que permiten medir de una manera más rigurosa la diferencia entre persuasión legítima y manipulación ilegítima. A través de experimentos online, pudimos ver cómo el uso de patrones oscuros puede hacer que los consumidores tomen decisiones económicas que no corresponden con sus intenciones “reales”, demostrando la manipulación a la que a menudo nos vemos expuestos al interactuar con entornos digitales. El realizar este tipo de experimentos es por tanto crucial para asegurar que el desarrollo de políticas públicas se ajusta a los comportamientos reales de la ciudadanía. Aquí podéis encontrar el informe completo para más información: https://op.europa.eu/en/publication-detail/-/publica

En España, las empresas privadas sí han aplicado las Ciencias del Comportamiento. Sin embargo, parece que las instituciones públicas todavía no se han animado a dar el salto. ¿Cuál crees que es la razón?

Creo que existen muchas razones, entre ellas la falta de conocimiento acerca de cómo esta disciplina puede mejorar el diseño, la implementación y evaluación de las políticas públicas. No obstante, cabe señalar el organizado por la Fundación NovaGob, la Universidad de Alcalá y el Instituto de Análisis Económico y Social, en el que además tuve la suerte de participar como parte del equipo docente. Supone un paso muy importante en la creación de una cultura sobre las ciencias del comportamiento en el ámbito público.

Por otra parte, hablamos de una disciplina que requiere cambiar prácticas y procesos muy arraigados en las AAPP, teniendo en cuenta a su vez que en España no hablamos de una administración, sino de una “galaxia administrativa”, en palabras de García de Enterría, que hace de la integración de esta disciplina aún más compleja.

No obstante, las AAPP están inmersas en un proceso obligado de cambio y cada vez se observa mayor interés por este campo con algunos casos aislados de experimentación que dan esperanza en que las ciencias del comportamiento algún día se adopten y expandan en el sector público español. Sin duda el proyecto que se está realizando con España Mejor puede ser uno de los grandes impulsos que se necesitan para lograr este objetivo.

¿Cuáles son los principales beneficios de aplicar las Ciencias del Comportamiento a las políticas públicas? ¿Podrías poner algún ejemplo concreto?

Aunque el diseño conductual es una herramienta que puede beneficiar a todo tipo de entidades, es especialmente adecuada para avanzar en los objetivos del sector público.

Muchas de las políticas y programas se basan en los supuestos económicos tradicionales: las personas toman decisiones racionales y, por ejemplo, en caso de tener acceso a una ayuda, accederán a ella. Esto no siempre ocurre, de hecho, como ejemplo vemos que solo el 20,8% de la población que vive bajo el umbral de la pobreza recibe el ingreso mínimo vital. Si bien existen muchas barreras de diferente tipo que pueden explicar este dato, sin duda la óptica conductual es necesaria para entenderlo y tratar de cerrar esta brecha, puesto que podemos entender aquellas barreras conductuales que pudieran estar impidiendo el acceso a estas ayudas.

Por otra parte, es esencial que tengamos en cuenta que el diseño conductual puede ofrecer intervenciones con impactos extraordinarios en comparación con su coste de aplicación. Estas son las “políticas unicornio”, como las llama el Behavioural Insights Team (la unidad de ciencias del comportamiento del gobierno del Reino Unido). En el caso de esta unidad, tan solo a través de cambios menores en procesos públicos, destacando logros como la incorporación de 100.000 personas al registro de donación de órganos o la mejora de las tasas de devolución de impuestos en 30 millones de libras en ingresos adicionales al año.

Por tanto, las ciencias del comportamiento ofrecen un potencial crucial para las políticas públicas al proporcionar un entendimiento profundo de cómo las personas toman decisiones y responden a las políticas que ya están en marcha o que se quieren implementar. Este conocimiento permite diseñar políticas más efectivas al ajustar incentivos, mejorar la participación ciudadana y optimizar el uso de recursos públicos, asegurando así que las políticas sean más eficientes, adaptables y capaces de alcanzar sus objetivos de manera más beneficiosa para todos.

¿Qué resultados podemos esperar del proyecto en el que estás trabajando con España Mejor?

A través de este proyecto, queremos demostrar el valor de aplicar las ciencias del comportamiento en las políticas públicas para promover su aplicación en nuestro país. Para ello queremos diseñar iniciativas conductuales que respondan a aquellas barreras de carácter conductual enfrentadas por los jóvenes españoles que quieren, bien trabajar como becarios e integrarse al mercado laboral, bien embarcarse en un proyecto de emprendimiento.

En este momento estamos realizando una primera fase de diagnóstico conductual que nos va a permitir diseñar estas iniciativas teniendo en cuenta las decisiones que toman los jóvenes en estos ámbitos, y cómo los factores psicológicos, cognitivos, sociales o culturales dan forma a estas decisiones. No podemos eliminar barreras estructurales o institucionales, pero sí podemos tratar de diseñar propuestas que traten de reducir barreras, a menudo autoimpuestas, que hacen que los jóvenes no sigan la trayectoria laboral que quieren tomar.

Por poner un ejemplo más concreto, pensemos en las barreras al emprendimiento en España. Lo primero que se nos puede venir a la cabeza son factores como la falta de recursos económicos, o de educación emprendedora. Ahora bien, existen muchos factores psicológicos que también pueden estar frenando a aquellas personas que quieren emprender: la falta de confianza en uno mismo, la aversión a la pérdida, la falta de modelos a seguir, etc. Las políticas públicas deben tener un entendimiento de estos factores para obtener el impacto deseado, y ese es el objetivo que perseguimos con este proyecto.

Realmente, el valor que aportan las ciencias del comportamiento en este campo es que, sin manipular las decisiones que tomen libremente, podamos ayudar a eliminar las barreras de carácter conductual que puedan estar llevando a los jóvenes a tomar decisiones que no desean tomar, empoderándoles así a decidir con mayor criterio e información sobre su futuro laboral.

Por último, ¿qué le pedirías al presidente del Gobierno?

Le pediría que apoye la integración de las ciencias del comportamiento en la formulación y planificación de políticas públicas, proporcionando los recursos necesarios para la formación y el desarrollo de proyectos en esta área. Esta disciplina no solo tiene el potencial para mejorar la efectividad de las políticas públicas, sino que también podría permitiral Gobierno tomar decisiones más informadas y empáticas, alineadas con las complejas realidades del comportamiento humano.

Ante la creciente complejidad de los desafíos presentes y futuros, los “cisnes negros” de Nassim Taleb o “rinocerontes grises” de Michelle Bucker, es esencial que nuestro desarrollo de políticas públicas esté basado en la evidencia científica para que así podamos sentar las bases para un futuro más resiliente y equitativo para la ciudadanía mediante una gestión de recursos públicos honesta y responsable.

PRÓXIMOS EVENTOS

La Ruta del Código Ético:

Septiembre – Octubre

 

  • Aragón (Zaragoza)
  • Andalucía (Marbella y Sevilla)
  • Islas Baleares (Calviá)
  • Navarra (Pamplona)
  • Castilla y León (Ávila, Palencia)

¡Síguenos la pista!

#YoMeComprometo            #MasEtica

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Almuerzo – coloquio con la Asociación para el Progreso de la Comunicación

8 de octubre, Sevilla

Volvemos a Andalucía. En esta ocasión, para reunirnos con los miembros de la Asociación para el Progreso de Comunicación. Un encuentro clave en el que compartiremos las propuestas que hemos realizado en el Código Ético del Gobierno en relación a la comunicación del Ejecutivo.

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El futuro de la UE

Madrid, 26 de octubre

Equipo Europa ha organizado para el próximo 26 de octubre un foro sobre el futuro de la Unión Europea. Miriam participará en el panel centrado en el Estado de Derecho de los países de Europa.

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NUEVA TEMPORADA DE

“AL GRANO”

Tras los meses de verano en los que hemos disfrutado de la versión frappé de “Al Grano”, volvemos con nuestra serie de divulgación política más conocida con Roberto, nuestro investigador – influencer.

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